Testimonios de la Antigua Palabra, son principalmente una colección de consejos y exhortaciones que el franciscano Fray Andrés de Olmos fue encargado de recopilar en 1533 con el remarcable objetivo de demostrar que los indios eran muy otra cosa que lo que "algunos decían de ellos". Fueron escritos por indígenas "principales" que extrajeron libremente su contenido de sus libros de pinturas, con la única indicación de nombrar al Dios cristiano en lugar de a sus deidades; estos textos fueron recogidos por Alonso de Zorita, oidor en Guatemala y luego México entre 1551 y 1564, en su Breve y Sumaria Relación dirigida a Felipe II. Posteriormente en 1600 Fray Juan Bautista de Viseo realizó una tirada de imprenta aumentada y corregida en Santiago Tlatelolco; aquí sólo se reproduce una selección de los consejos de un padre y una madre a sus hijo e hija respectivos y la respuesta de estos. La edición, introducción y notas son de Miguel León-Portilla y Librado Silva Galeana, siendo este último el actual traductor al castellano del texto náhuatl, todavía su lengua materna. (Historia 16, col. Crónicas de América 56, Madrid, 1990).

TESTIMONIOS DE LA ANTIGUA PALABRA (Huehuehtlahtolli)
ANÓNIMO
Selección

Exhortación con que el padre así habla,
así instruye a su hijo para que bien,
rectamente viva.
1

1. Hijo mío, mi collar, mi pluma preciosa, has venido a la vida2, has nacido, has venido a salir a la tierra3, en la tierra del Señor Nuestro. Te forjó, te dio forma, te hizo nacer Aquel por quien se vive, Dios. Hemos visto por ti4 tus madres, tus padres; y tus tías, tus tíos, tus parientes, han visto por ti, han llorado, han sufrido por ti en tanto venías5, en tanto nacías sobre la tierra.

2. Y ahora, por breve tiempo, has venido a mirar, has venido a crecer, has venido a echar tallos, has venido a embarnecer, como si fueras un pajarito apenas puedes picotear; así te has presentado, has embarnecido, te has hecho grande, has crecido como si acabaras de salir de tu cascaroncito, como si te hubieras arropado con algo precioso, como si te hubieran brotado tu colita, tus alitas, como si apenas movieras tu manita, tu piececito, tu cabecita, como si ya hicieras el intento de andar volando.

3. Y como lo determine Aquel por quien se vive, acaso por un día, acaso por dos días hemos de pedirte en préstamo como cosa nuestra, hemos de solicitar en préstamo un collar, hemos de pedir en préstamo una pluma preciosa. Gracias al Señor Nuestro, acaso estarás de pie, acaso vivirás en la tierra. Que en paz, con alegría vengas a estar, vengas a desarrollarte. No con precipitación, no sin consideración colócate junto, al lado del Señor Nuestro para que se compadezca de ti.

Y que aun Él lo sepa, que todavía Él te ponga a prueba, aprecie tu valor6 pues es Dios, es Señor, es un gran protector, es amparador, es poderoso. Porque Él. Dios, es tu misma madre, tu padre, mucho se esmera para cuidar bien de ti, para amarte mucho más de lo que yo te amo a ti, yo, que soy tu madre, tu padre.

4. Puesto que Él lo dijo, lo pensó, lo determinó, por esto tú has vivido, por esto tú has nacido. No lo olvides en el día ni en la noche. Ve invocándolo, ve rogándole, ve suspirando, ve afligiéndote. No hagas con tranquilidad el sueño, el reposo7. No decaiga tu rostro, tu corazón respecto de Él8, el Señor Nuestro, porque es tu padre, porque Él te formó.

Por su generosidad sírvelo amorosamente para que te ayude, para que su corazón otorgue, para que te entregue sus dones, aquello de lo que eres digno, tu merecimiento, tu estar en pie, tu mantenimiento. Con eso podrás erguirte, con eso podrás vivir para que no andes metiéndote entre las nubes, en la oscuridad.9

5. Y por donde pases, frente a la imagen del Señor Nuestro, o de sus amados10, o de la Cruz, los honrarás mucho; te inclinarás frente a Él o doblarás la rodilla. Y mucho más si sales frente al mismo cuerpo del Señor Nuestro, Jesucristo (que está dentro del Santo Sacramento), así le suplicarás con todo tu corazón porque es tu Dios, porque es tu Señor, porque es tu Redentor, porque es tu venerado Padre que está dentro del Santo Sacramento. Y mucho honrarás el nombre del Señor Nuestro, Jesucristo, y en su fiesta te ataviarás muy bien.

6. Y saludarás a sus hijos en donde estén o en cualquier lugar donde los encuentres: a los de linaje, a los gobernantes y a los que presiden a la gente11, a los guías en las cosas divinas, a los que rigen, a los padres12 y al anciano, la anciana, y al necesitado, al desventurado, al que no es dichoso, al que no se alegra. Ellos por eso han de ser saludados, por eso los saludarás, no sólo con descuido, con muy buenas palabras. No vivirás como sí fueras mudo. Si bien te conduces, así serás obedecido, serás alabado, por ello serás elogiado.

7. Y ama, agradece, respeta, teme, ve con temor, obedece, haz13 lo que quiere el corazón de la madre, del padre, porque es su don, porque es su merecimiento, porque es su dádiva; porque a ellos les corresponde el servicio, la obediencia, el respeto. Porque no podrá estar en pie, no podrá vivir aquel que no obedezca, que no quiera servirles, que no quiera honrar a su madre, a su padre; el que no les tenga respeto14. Porque (el que así obre) será llamado huérfano perverso. En fin, no vivas con desvarío, no sin consideración andes huyendo, no sin consideración te andes metiendo frente a las personas, junto a las gentes. Sólo con tranquilidad, sólo con tiento vive porque ello es bueno, porque ello es recto. Humíllate, inclínate con respeto, baja la cabeza, sométete.

8. Y háblale bien a la gente, ruégale mucho a las personas, respétalas, témelas, obedécelas, ámalas, porque así vivirás, así estarás de pie. No sigas el camino, el principio de aquel que está allá, que allá vive, que anda embriagándose, que anda emborrachándose, que en sus manos escupe, que saca fuego con las manos, que se queda con algo en su cuello, que se queda con algo en su mano, que se ata bien el trasero, que se golpea la cadera, que se cuelga de lo alto, que da alaridos, que da voces, que grita como si hubiera comido las hierbas estupefacientes15, el hongo, como si hubiera bebido el pulque. Ya no siente la piedra, el palo16; presto los recibe. Les remeda, le levanta los hombros a su madre, a su padre. Ya no los respeta, sólo contra de ellos se vuelve, se da la vuelta, ya no les teme, ya no los tiene en algo, sólo sin reflexión da alaridos, da voces. Ya no sale por su salida, ya no vive en su lugar de vivir, ya no corre en su lugar de correr17. Ya allá no tiene rostro, ya allá no tiene orejas, ya allá no están bien su rostro, su corazón18. Él ya no eleva el canto, no dice la palabra. Ya no en su momento de gritar grita, habla,

9. Él ya no sigue el camino, los principios. Ya no escucha con atención la buena palabra, aquella que eleva, la que explica. Sólo sin reflexión camina, huye constantemente, cae de repente. Sólo desgreñado, sólo revolcándose en la inmundicia vive; ya no con tranquilidad, ya no con alegría se levanta, se acuesta, porque así se apresura como conejo, se apresura como venado. Anda embriagando su cerebro19, anda ofuscado. Ya de allá no sale, no quiere ser llevado, ya no quiere ser sometido. Sólo se sale de las manos de las personas, sólo se escabulle, sólo con el pie repele, da patadas. Ya no se le puede asir, ya no se le puede coger, ya no se le puede someter. Sólo da empellones, sólo se arroja a las personas, sólo con la gente se golpea, se pega, sólo gruñe a las personas de repente, sólo las muerde repentinamente.

10. Y éste, que contrarió a lo que deseó mucho el Señor Nuestro, ya no extenderá la mano donde debía extenderla, ya no irá a caer donde debía caer, ya no irá a entrar a donde debía entrar20, ya no irá a morir a donde debía morir porque sólo lazo para cazar, sólo soga se irá a poner21; porque sólo al barranco, porque sólo al despeñadero irá a ver22, con ellos se irá a topar, porque sólo con la piedra, sólo con el palo así se irá a golpear, porque sólo en la grama, porque sólo en el bosque irá a caer. Allá se convertirá en comida de los zopilotes, de los coyotes. Porque sólo contra las cercas de piedra, en los muros se irá a arrojar y así se hará su alimento de los perros porque nadie lo hizo conejo, lo hizo venado, porque sólo de su voluntad lo hizo, lo formó el no bueno, el no recto, la maldad. Y porque sólo de su voluntad se embriagó, se intoxicó, así como si se pusiera pezuñas, se hiciera montaraz, se convirtiera en conejo, en venado. Encontró la llanura, el sendero del conejo y del venado. Sólo de su voluntad se metió al bosque, al hierbal y por sí mismo se acercó a los rincones, a las paredes; se arruinó, se descarrió. Sólo de su voluntad se echó al río, se despeñó. Nadie por él se molestará.

11. Y no te rías, no te burles, no hagas bromas del anciano, de la anciana o del enfermo, del de boca torcida, del ciego, del tuerto o del manco, del lastimado de la mano, del que tiene la mano cortada o del tullido que anda a gatas, del cojo, del que arrastra el pie o la mano o del mudo, del sordo, del loco desatinado o del demente23, de aquel en quien la enfermedad está, o de aquel que sufre con los errores, o de quien frente a ti incurrió en faltas, de quien las cometió.

12. Todas estas cosas te digo. En ninguna forma te reirás, te burlarás de ellas, no te divertirás a costa de ellas, no harás bromas de ellas, no las avergonzarás, no las aborrecerás, no las detestarás, no las abominarás, no las menospreciarás. Sólo así, con ello, serás discreto, observarás, sólo así te atemorizarás, sólo así tendrás temor, sólo así llorarás, sólo así te afligirás, sólo así te humillarás, sólo así te inclinarás humildemente ante el Señor Nuestro para que no te ocurra como te sucedería si de ellas te rieras, si a su costa bromearas, si las menospreciaras.

13. ¿Y así, acaso es preferible que te vayas a colocar, que te vayas a topar con lo que enferma a la gente, lo que la atormenta, lo que la asusta, lo que la escandaliza, lo que la deprime? ¿Acaso hasta entonces vendrás a sentir envidia, vendrás a atemorizarte? Acaso hasta entonces vendrás a decir: "Cierto, sólo la verdad expresaron, me dijeron mi madre, mi padre; debí haber escuchado, debí haberlo tomado como me lo dijeron, no debí burlarme de la gente, no debí menospreciar a los hijos de Dios; debí haberlos amado, debí haberles suplicado, debí socorrerlos, debí verlos con alegría, debí consolarlos para que de ningún modo me ocurriera lo que ya ahora me ocurre, que he venido a topar, que he venido a acercarme a lo que enferma a la gente, lo que atormenta a las personas, lo que las aflige: su lazo para cazar, su soga, su gancho, su ortiga, su piedra, su palo24 del Señor Nuestro que ya junto a mí coloca, que ya junto a mí acerca. Me ha tomado, me ha atrapado, ¿a dónde iré, dónde entraré?"

14. Así dirás esto, ¿quizás te has de enorgullecer, quizás ya en algo te ha levantado tu rostro el Señor Nuestro25, así de aquellos primero te habrás reído, te habrás burlado?

Y no te mofarás de la gente, no escupirás a las personas, no las orinarás, no sobre la gente te limpiarás las manos, y tampoco harás comer a las personas nada (sino) lo comestible o lo bebible. Y no harás beber a la gente bebidas que no son buenas. No harás lodo junto a las personas y lo que no sea bueno no se lo harás comer a la gente, no le harás beber lo no bebible para que no ofendas al Señor Nuestro, para que no llegues hasta su cabello, su cabeza26, porque son muy respetables las creaturas de Dios.

15. Y si te burlas de la gente, así, no saldrás humano. Con chile, con humo27 verás la tierra. Cuando mueras, junto a tu orina, junto a tus heces entrarás28; tu labio, tu lengua los irás tostando29, Y si respetas a los hijos de Dios, sólo con tranquilidad, sólo con alegría morirás. Vive con tranquilidad, con alegría; no andes como tonto, no andes jadeando.

En algún lugar con esto tropezarás, con esto te toparás, con un anciano o una anciana, o un enfermo, o un niño, así no habrá excusa. O en alguna parte se hará algo, se dirá, se expresará; por eso no estorbarás a la gente, no la desatinarás; así no la afligirás, no la molestarás en razón de tu ignorancia.

16. Y no en alguna parte descalabres a alguien, no en algún sitio empujes a la gente, no la repeles porque así pondrás la orina, las heces30. Y no en algún lugar hables sin consideración, no le ganes la palabra a las personas, no le cortarás así la palabra, no desatinarás a la gente, no le harás olvidar las buenas palabras, con las que se conversa. Y si no dicen la verdad, examinarás bien si enmiendas a aquellos ancianos que estén hablando. Si no es tu momento de hablar, tú no hablarás, no dirás nada, sólo callarás. Y si también es tu ocasión de hablar o de que seas interrogado, sólo así hablarás con rectitud, ninguna falsedad dirás, de nadie murmurarás. Harás tu palabra muy prudente para responder, no como tonto, tampoco como un soberbio. Al hablar, al responder, que sólo caiga con nobleza tu palabra, así serás honrado.

17. Y cuídate de las palabras vanas, de las palabras de recreación porque no son buenas, no son correctas; porque sólo infaman, pervierten a las personas; no son serenamente rectas, precipitan a las gentes, las arrojan al río, al despeñadero, al lazo para cazar, a la soga31. Hacen que la gente se tope con la piedra, el palo. Y cuídate de permanecer en el mercado y en el río, en el camino no te detengas, no te sientes; ahí está, ahí vive, ahí se halla su gran bebedero, su comedero del hombre tecolote32. Eso es la mujer ajena, el marido ajeno, las propiedades ajenas, los bienes ajenos, la falda, la camisa (de los otros)33.

18. Y no siempre busques, no siempre desees, quieras la buena apariencia, no te estés siempre peinando, no te estés viendo en el espejo; no siempre te arregles, te engalanes; no siempre desees el buen aderezo porque sólo es su capturar de gente (del maligno), así envenena, engendra personas el hombre tecolote34. Porque allá tu captura ya no es notoria, en alguna parte tu adorno, tu aderezo así te arrojará al agua, te despeñará o el hombre tecolote en algún lugar así te golpeará, te pegará con la falda ajena, la camisa ajena35. Y para que no seas tenido por bellaco, cuando sigas el camino no mirarás a un lugar y a otro, sólo te esforzarás en la marcha, no irás palmoteando, no seguirás zigzagueando el camino, no en los hombros de la gente te irás deteniendo, te irás apoyando; no irás cogiendo las manos de las personas, no irás meneando la cabeza con presunción, no irás haciendo bromas, no irás mirando a la cara de la gente, no irás pasando con frecuencia a las personas, no irás colocándote al frente si no se te ordenó.

19. Y aunque te sea ordenado que vayas al frente, acaso sólo así dirás con insistencia, así te preguntarás, ¿acaso eres prudente? Estará bien si acaso otra vez, si acaso dos veces avisas que no irás al frente. Y aunque te adelantares a algunos, no luego, de prisa los aventajarás, todavía te detendrás, todavía esperarás a que te sea dado el lugar.

Y donde sea la salida no saldrás tú primero. Si hay quienes te aventajan, ellos saldrán antes. En la entrada, no entrarás tú primero, ellos entrarán antes, los que te sobrepasan. Sólo ellos, también, estarán por delante donde sea el lugar de sentarse; donde sea el momento de ponerse de pie, sólo ellos también quedarán al frente.

20. Y donde hablen, ellos empezarán. No saldrás repentinamente frente a ellos, no irreflexivamente les tomarás su preeminencia, su paternidad, si no te ha escogido el Señor Nuestro. Y si no obras de acuerdo con su encargo de Él, en lo que harás, incurrirás en faltas. Y cuando las gentes de la tierra te vean, los sabios, los bien instruidos, los bien educados, luego te pondrán en vergüenza, conocerán tu manera (mal educada) de hablar.

21. Ellos también comerán, beberán primero; y tú no luego, con anticipación, desearás también la bebida, la comida. Aún buscarás la penitencia, la humildad. Luego ya tomarás el agua, le lavarás las manos a las gentes, les lavarás la boca. Si eres de linaje, no (por eso) dejarás allá tu estirpe, tu señorío, tu grandeza. Que no de tus manos llenas, se esparzan los jades, las turquesas. Que sólo así se haga merecimiento con la ayuda de Dios.

22. Si después se te diera cuanto te es necesario, no lo dejarás con enojo. O si no te fuera dado nada, no así has de tener envidia, no así aborrecerás a la gente, no así dejarás a tus amigos. Quizás así lo quiere el Señor Nuestro, quizás así te hace merecer. Y si así sientes envidia, si así hablas con malicia, así bien se verá que no eres hijo amado de Dios. Acaso aun un poco de lo que sería tu merecimiento te sería dado, pero si lo ofendieras, con nada saldrás.

23. Y no anheles, no desees la falda, la camisa (la mujer) que infama, envilece, ensucia, pervierte a los hombres36. No hagas de tu corazón tu madre, tu padre. No de la ceniza esparcida, no de la encrucijada, hagas tu madre, tu padre, así irás a dar a su cabello, su cabeza del Señor Nuestro37. Esfuérzate como esclavo, trabaja delante de Él, junto a Él, porque aún eres una agüita, un pajarito38; porque aún eres brote de maíz, apenas espigas. Aun cuando eres como un jadecito, una turquesita, aun cuando eres como una plumita de quetzal, no de tu voluntad te envanezcas, te engrandezcas.

24. ¿A dónde irá la falda, la camisa? Porque hay verdor, retoños, hay brotes de maíz, espiguea, en la tierra. No nos inquietemos, aún junto a Él, al lado del Señor Nuestro, entra, que aún Él es apacible. ¿Cómo será mañana, cómo será pasado mañana? Quizás ya aquí viene irguiéndose la enfermedad y pestilencia39 para tomarte, para cogerte. Si quieres meterte junto a la falda, la camisa, nos lo dirás a tus madres, a tus padres; no sólo lo propondrás, no sólo lo dirás porque tienes madre, tienes padre40; porque eres llevado, eres cargado41.

25. Y tampoco en algún lugar, en el cofre de las personas, en el arca de la gente, en su vasija, en su recipiente te arrojes42, porque allá tú también irás, allá irás a meterte. Y no te dediques a jugar patolli43, a cosas vanas; ahí te toparás con lo peligroso, lo pesado. Acaso en algún lugar, porque hayas robado, hasta entonces te avergüences. En el mercado de ti se gritará. ¿A quién darás honra si yo que soy tu madre, tu padre, quedaré avergonzado por ti ante la gente? Ya es bueno, ya es correcto que te cuides de las cosas mundanas; obra, trabaja, recoge leña, labra la tierra, siembra nopales, siembra magueyes; de eso beberás, comerás, vestirás; con ello ya te pondrás de pie, con ello ya vivirás; así serás mencionado, serás honrado; así te conocerán tu agua, tu comida44, tus parientes.

26. Quizás alguna vez te sujetes a la falda, a la camisa45. ¿Qué comerá, qué beberá? ¿Acaso chupará aire? Porque somos el alivio, porque somos el remedio46, somos águilas, somos ocelotes47. Uno o dos collares, plumas preciosas, caerán de su vientre, de su seno, ¿qué beberá, qué comerá?

Con dificultad se vive así en la tierra. Nos es arduo, nos es pesado a nosotros, gente del pueblo, a los que no llegamos, a los que no nos elevamos, los que no venimos a mostramos. En nuestro muslo, en nuestra cadera, en nuestro cuello se suspenderá sólo un poquito, una cosa mínima de arenita, fibrita de maguey48 y lo que beberemos, lo que comeremos, nuestro mantenimiento, nuestro sustento.

27. Porque mucho se apostema, porque mucho crece lo que enferma a la gente, lo que la atormenta, lo arduo, lo que causa espanto. Así Él te hizo crecer, te fortaleció para que echaras ramas, para que crecieras. Porque mucho se agotaron mis hombros, mis espaldas, para buscar, para apartar (para ti) lo que bebiste, lo que comiste. Y más, junto a ti he colgado una fibrita de maguey49, porque en el mercado, porque entre las mercaderías afligí al maderito, al granito de sal, al pedacito de chile; y le he labrado la tierra a otros, he recogido leña para otros; le he tomado el bastón a las personas, la angarilla para cargar50; con eso le llené las manos a la gente, con un puñado de maíz añublado en donde un poquito de arenita requeriste para que un poquito brotara, se calentara tu cuerpecito. No te abandoné, no te desamparé; por ti mucho anduve llorando, anduve triste. No te puse orines, excremento51. En ningún lugar en las fundas de la gente, en las petacas de las personas, en ningún sitio en las vasijas de las gentes tomé, cogí52 para hacerte crecer, para criarte. Porque bien ha madurado, porque bien ha crecido el atributo del águila, el atributo del ocelote53, sólo con tranquilidad, sólo con alegría te dejaré junto a la gente, al lado de las personas.

28. Y ten cuidado de la saliva, de la baba54, porque no es así recto, no es así bueno. Nadie puede junto a las personas, al lado de la gente estar así, vivir; eso sólo saca a la gente, sólo la arroja en los orines, en el excremento. Ya está bien, ya es recto si frente a ti fue dicha, fue expresada la buena palabra, la bien dicha, la bien expuesta, la que no causa daño. Si la dices no la exageres, no la aumentes porque si no harás que sea igual (lo que expreses) a aquello que te dijeron. Sólo cuanto hayas escuchado, todo, expresarás para que no causes daño.

29. Si algo riesgoso frente a ti se dice, se hace, no luego lo dirás, no luego lo expresarás, (no) lo descubrirás. Y aunque alguno te diga que lo des a conocer, lo digas, o que alguien te lo pregunte porque frente a ti se dijo, se hizo, no lo dirás, no lo descubrirás porque si no quién sabe. ¿Acaso así como brote de maíz, como espiga, serás rasgado por la mitad? ¿Acaso verán dentro de ti como en una funda, como en un arca, si tu interior está bien cerrado, si tus intestinos están bien amarrados?

30. Que alguno lo diga, que alguno lo descubra, que alguno se haga cargo. Tú no lo dirás, no lo descubrirás. Si te haces cargo, para que no te topes con lo peligroso, lo pesado, lo que da temor a la gente, allá no has de poner las heces, el excremento55. Porque si así no lo has dicho, no lo has expresado, así serás perjudicado porque allá mucho padecerás, serás avergonzado, te serán desgarrados los labios56.

31. Y si así no lo has hecho, como lo quiere Dios, si no has bebido, comido, lo que es bebida, lo que es comer de gentes57, en verdad quedarás atrapado, te arruinarás, así te quebrarás en la tierra o en la región de los muertos. Nada así te será dado, nada así te será mostrado. Serás culpable de lo que le ocurra a tu rostro, a tu corazón.



Continuación

NOTAS
1 En el elenco de los huehuehtlahtolli recogidos por fray Andrés de Olmos, éste ocupa el primer lugar. Un texto, de contenido en parte paralelo, en el Códice Florentino abarca desde el vigésimo hasta el vigésimo segundo capítulos, pues está dividido en tres partes o discursos.
2 Del náhuatl, niyoli, comúnmente entendido como "yo vivo", aquí se traduce como sinónimo de "nacer", nitlacati, ya que por el lugar que ocupa, pues antecede a este último, no permite entenderse de otra manera.
3 En forma reverencial en el original náhuatl, junto a formas no reverenciales de los verbos que anteceden.
4 Literalmente mixco, mocpac, otitlachixque, significa "frente a ti, sobre ti hemos observado".
5 Ver nota 2.
6 Literalmente "te mida".
7 Puede entenderse en el sentido de: "Sé diligente, muéstrate fervoroso".
8 Vale tanto como: "No prescindas de Él".
9 Puede entenderse así; "Para que no andes desorientado".
10 Todo este párrafo es interpelación de sentido cristiano.
11 Literalmente "los que se yerguen sobre la gente".
12 Quiere decir "a los sacerdotes". Se ha traducido como "padres" porque en el original en náhuatl aparece el hibridismo padreme.
13 En el original en náhuatl los dos primeros verbos de este párrafo están en forma reverencial, no así los siguientes.
14 Literalmente: "El que sólo frente a ellos, por encima de ellos viva."
15 Del náhuatl mixill, "hierba que altera el cerebro", tlapatl, "planta medicinal usada contra las fiebres y contra la gota". Rémi Siméon. Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. Editorial Siglo XXI. México, 1977.
16 Ya no le importa el castigo. "Ya no siente la piedra, el palo".
17 Entiéndase como: "Hace cosas indebidas".
18 Vale tanto como; "Ha perdido consideración, respeto".
19 Literalmente "anda embriagando su nuca".
20 Puede entenderse como; "Se habrá descarriado".
21 Puede entenderse como "sufrirá".
22 Puede entenderse como: "Se meterá en peligros".
23 En el original en náhuatl todos estos sustantivos que se refieren a personas que sufren alguna forma de invalidez tienen el sufijo reverencial y diminutivo -tzin que a su vez tiene una connotación de conmiseración.
24 Vale tanto como: "Su castigo".
25 "Levantar el rostro": enaltecer, encumbrar.
26 Tiene el sentido de: "Para que no seas irrespetuoso con Él".
27 Significa: "padecerás" (todo se te volverá oscuro).
28 Significa: "Serás repudiado, escarnecido".
29 Significa: "Recibirás castigo".
30 "Pondrás la orina, las heces": Ofenderás, causarás agravios.
31 Tiene el sentido de: "Las meten en dificultades".
32 "El hombre tecolote": El maligno.
33 Vale tanto como: "Las mujeres de los otros". 
34 "El hombre tecolote": El maligno.
35 Tiene el sentido de: "Hará que incurras en adulterio". 
36 Significa: "La mujer ajena o la mujer pública".
37 Puede entenderse como: "Serás irrespetuoso con Él".
38 Aún eres inmaduro, tierno, inexperto.
39 Del náhuatl temoxtli, ehecatl, difrasismo con el que se designaba a la enfermedad o pestilencia.
40 Significa: debes tomarlos en cuenta.
41 Estás bajo la protección de tus padres.
42 Tiene el sentido de no inmiscuirse en lo ajeno.
43 Molina traduce: "Dados para jugar o juego de fortuna".
44 Esta expresión, poco frecuente, tiene el sentido de: "Serás reconocido en cuanto toca a tu sustento".
45 Significa: "contraigas matrimonio".
46 Estamos obligados a proteger a la mujer.
47 Puede entenderse aquí como "somos los que tenemos fuerza, coraje".
48 "Seremos poseedores de muy poco."
49 He puesto un poco de lo que he logrado.
50 Significa: "He sido comedido con los demás".
51 Significa: "No te afrenté".
52 Tiene el sentido de: "A ninguno le hurté".
53 Significa: "lo que es propio de los hombres empieza ya a verse en ti".
54 La saliva, la baba: "Las murmuraciones, las calumnias."
55 Tiene el sentido de: "No difamarás".
56 Equivale a: "Serás desacreditado".
57 Vale tanto como: "Lo propio del maligno".
 
ARTICULOS