No en parte alguna puede estar la casa del inventor de sí mismo.
Dios, el señor nuestro, por todas partes es invocado,
por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
Él es quien inventa las cosas,
él es quien se inventa a sí mismo: Dios.
Por todas partes es también venerado.
Se busca su gloria, su fama en la tierra.
Nadie puede aquí,
nadie puede ser amigo
del Dador de la Vida;
sólo es invocado,
a su lado,
junto a él,
se puede vivir en la tierra.
El que lo encuentra
tan sólo sabe bien esto: él es invocado;
a su lado, junto a él,
se puede vivir en la tierra.
Nadie en verdad
es tu amigo,
¡oh Dador de la Vida!
Sólo como si entre las flores
buscáramos a alguien,
así te buscamos,
nosotros que vivimos en la tierra,
mientras estamos a tu lado.
Se hastiará tu corazón,
sólo por poco tiempo
estaremos junto a ti y a tu lado.
Nos enloquece el Dador de la Vida,
nos embriaga aquí.
Nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.
Sólo tú alteras las cosas,
como lo sabe nuestro corazón:
nadie puede estar acaso a su lado,
tener éxito, reinar en la tierra.