Esta muestra que conjuga extraordinarias piezas de Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador y México con piezas de los mejores museos y colecciones privadas del mundo permanecerá abierta durante todo el año 1992. Se espera una asistencia de 400.000 personas y ha sido presentada al público europeo como la colección más grande de monumentos mesoamericanos jamás vista. 

Muchos ejemplares de la muestra se exponen por primera vez fuera de sus países de origen, enfocando la atención especialmente a tres ciudades arqueológicas clásicas de la cultura maya; Copán (Honduras) ilustrada por una selección de esculturas monumentales, Tikal (Guatemala) representada por un gran número de piezas y Chichén-Itzá (México) con numerosas ofrendas en jade y oro. 

La exposición es excepcional y el valor simbólico de su contenido sumerge al espectador en una realidad otra, respecto a las exposiciones vanguardistas tan en boga. 

Las sociedades tradicionales entendían el arte como forma de reintegración. El hombre era arte porque todo era simbólico y misterioso. De ahí lo sobrecogedor, lo abismal, lo no contaminado, la expresión real, el encuentro y a ellos nos conduce esta antológica muestra. El catálogo es excelente y recomendamos su adquisición. Antonio Casanovas