SIMBOLOS
Precisamente por ser ilógico, el símbolo
constituye
una fuente de conocimiento
que siempre estará vedada a la lógica
El símbolo es el algoritmo de lo irracional como la ecuación lo es de lo racional. Hay dos clases de conocimientos: el científico, que pretende dar con leyes exactas a las cuales expresa por ecuaciones en lenguaje matemático, de modo que esas relaciones se pueden cuantificar; y hay un conocimiento tradicional o hermético, que pretende llegar también a relaciones entre fenómenos y expresar las leyes entre éstos, pero usando el lenguaje de los símbolos en vez de las matemáticas. La forma de conocimiento hermética utiliza el mito, el rito y el símbolo. El mito es la narración de hechos fundamentales, el rito es la reproducción por analogía de esos hechos, por ejemplo, la misa es el rito que reproduce el mito de la Ultima Cena; por último, los símbolos son imágenes que evocan lo que no se puede explicar solamente con palabras. Los símbolos provocan un conocimiento emotivo porque,
al ser vistos, despiertan en el interior de la persona un conocimiento
que estaba ahí latente y un poco borroso, envuelto en las nieblas
y tinieblas del subconsciente. Jung propuso la hipótesis de la existencia
de un subconsciente colectivo que estaría formado por lo que él
llamaba arquetipos. Los arquetipos serían como las hormas interiores
de los símbolos, como unas imágenes primordiales que cada
persona lleva grabadas en su subconsciente en el momento de nacer; serían
como los instintos de la imaginación. Cuando la persona ve conscientemente
un símbolo, ese símbolo encaja en el arquetipo interior y
lo sube a la conciencia, Cuando un arquetipo se despierta a sí mismo,
dice Jung que provoca además una descarga de líbido que se
manifestará como emoción y también como energía
dirigida a la acción. Por eso Proclo y Iámblico explicaban
que en los ritos de iniciación de la antigüedad, al neófito
se le enfrentaba con una serie de símbolos que le despertaban emociones
y energías.
PRECISAMENTE el actual paradigma científico, deja
fuera de su ámbito de realidad todo lo que no se puede pesar ni
medir. A partir de ahí es imposible que lo inmaterial y lo irracional
se pueda explicar por lo medible y matemático. E imposible explicar
la ciencia hermética en términos de la ciencia mecánica,
del mismo modo que no se puede explicar el juego del ajedrez por medio
de las reglas del parchís. Lo hermético es más amplio
y engloba lo mecánico, que es un caso particular de lo hermético
dejando sólo lo palpable y reducible a leyes lógicas. El
símbolo es como una metáfora en poesía: relaciona
elementos por intuición y, aunque a veces parece ilógico,
porque en realidad lo es, provoca un conocimiento al que la lógica
nunca llegará a penetrar.
Luis Racionero
Revista Año Cero, p. 98: ('La
última palabra').
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