SELECCIÓN EN BASE A TEXTOS DE FEDERICO GONZÁLEZ FRÍAS, MIGUEL LEÓN-PORTILLA Y ALFONSO CASO |
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Con el propósito de seguir dando a conocer a nuestros lectores el rico panteón de la antigua tradición Tolteca, su cosmogonía, su pensamiento y concepción teológica, citaremos algunos extractos de las distintas entradas del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos de Federico González Frías dedicadas a la Tradición Precolombina, así como algunos textos de Miguel León-Portilla y Alfonso Caso, acompañadas de imágenes extraídas de diferentes códices, sus pinturas, o en algunos casos esculturas y cerámica para, de alguna manera –salvando las dificultades de comprender sus expresiones artísticas– seguir enriqueciendo y ampliado nuestro conocimiento de lo que fueron estas extraordinarias culturas de origen atlante, o sea, herederas de la Atlántida, la mítica “isla de Occidente” de la que habla Platón en el Critias y Timeo; civilización que fue receptáculo de un centro espiritual directamente emanado de la Tradición Primordial, y de la que muchas tradiciones de Occidente se han considerado sus descendientes, como ésta, la Tolteca, asentada en la región centro-norte del vasto continente Americano que se extiende desde el Polo norte al Polo sur, allende las míticas columnas de Hércules, más allá los confines del inmenso mar Atlántico. * *
Tloque Nahuaque
Según Rémi Siméon en el Diccionario de la lengua Náhuatl o mexicana: "expresión para designar a Dios; lit. el que está cerca de las cosas". Y Fray Alonso de Molina en Vocabulario en lengua castellana y mexicana: "cabe quien está el ser de todas las cosas, conformándolas y sustentándolas: y dícese de nuestro señor dios”. Miguel León Portilla lo denomina señor del "cerca y del junto" o mejor diremos nosotros del cerca y del dentro. Es un dios invisible e impalpable y que se manifiesta como una dualidad en todo lo creado, por lo tanto también es esa dualidad; y por eso es un dios escondido, abscóndito. Y además es uno de los nombres de Ometéotl.1 Ometéotl En la base de la concepción teológica tolteca se encuentra un doble principio creador, masculino y femenino a la vez, al que llamaron Ometéotl, que engendró a los dioses, al mundo y a los hombres. Este dios de la dualidad o creador supremo habita en “el sitio de las nueve divisiones” o cielos o “sobre los doce cielos” o en “el treceno cielo”, y va tomando diferentes aspectos al actuar en el universo, según lo ha resumido brillantemente José Luis Martínez en su obra Nezahualcóyotl, Vida y obra: 1) Es Señor y Señora de la dualidad (Ometecuhtli, Omecíhuatl). Ometéotl tiene, además, los siguientes atributos existenciales:
Omecíhuatl, Ometecuhtli
Ometecuhtli y Omecíhuatl Códice Féjérvary-Mayer, pág. 25 Para la cultura náhuatl: principio creador femenino y masculino, Señores de la Dualidad (ome quiere decir dos). Se los considera esposos que habitan en el Omeyocan, la región más elevada de los cielos (el duodécimo cielo, uno sólo por debajo del treceavo donde vive el Ser Supremo, Ipalnemohuani, por el que todo existe, también llamadoTloque-Nahuaque). Son padres de Camaxtli, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. A Ometecuhtli se le representa adornado con mazorcas de maíz y con símbolos de fertilidad, pues es generador de la vida y los alimentos. 2. Esta dualidad es la creadora de todos los dioses y protectora de los hombres.
Tonacacíhuatl, Tonacatecuhtli
Tonacatecuhtli Códice Borgia Tonacatecuhtli. Deidad náhuatl. Significa "señor de nuestra carne o nuestro sustento". Contraparte o polaridad de Tonacacíhuatl "señora de nuestra carne o nuestro sustento". Rostro del Principio Supremo, Ometéotl; más específicamente ligado al cuidado que éste tiene por sus criaturas. La raíz tona, está relacionada con la fertilidad, el nacimiento, el destino y también con la abundancia del verano y el calor del sol. El hecho de que esta deidad sea señor (y señora) de la carne, del nacimiento y del destino, a la vez que de la subsistencia, hace pensar que el náhuatl consideraba al destino como alimento. Su morada es Tamoanchan, lugar de origen de los hombres, que puede traducirse como "buscamos nuestra morada". Situada al oeste, de donde se decía que venían los niños, e iban también aquellos que morían en la cuna. Miguel León Portilla en su libro La Filosofía Náhuatl dice:
Y cita este texto de los informantes de Sahagún:
Walter Krickeberg en Las Antiguas Culturas Mexicanas dice:
Los días con cifra 13 –dice Soustelle– eran dedicados a Tonacatecuhtli. Según Orozco y Berra este dios y su mujer habitaban el treceavo cielo. Alfredo Chavero pensaba que de Tonacatecuhtli se derivaba Tonatiuh.
Tonacatecuhtli, vestido como Tonatiuh, el dios del sol, montando el monstruo de la tierra Códice Laud Tonacacíhuatl, "señora de nuestra carne o nuestro sustento", contraparte femenina de Tonacatecuhtli, presidía el nacimiento y el parto. Además en la concepción, "mete" el destino en el vientre de la madre. También se le llama la "vieja madre" y, como las otras diosas análogas, viene de Tamoanchan, situado en el oeste, lugar de la vejez o del "crepúsculo". A veces se la identifica con Xochiquetzal. Según dice J. Soustelle, los días con cifra 11 le eran dedicados lo mismo que a Citlalinicue, con la que estaba identificada. Orozco y Berra, en Historia Antigua y de la Conquista de México capítulo II, refiriéndose a la pareja Tonacacíhuatl-Tonacatecuhtli afirma: El par divino tuvo cuatro hijos. Tlatlauhquitezcatlipuca, que nació todo colorado, divinidad principal de los de Tlaxcala y de Huexotzinco bajo el nombre de Camaxtle; Yayauquitezcatlipuca, quien nació negro, era el principal de sus hermanos y estaba en todo lugar; sabía todos los pensamientos, conocía los corazones, se le llamaba Moyocoya, “que quiere decir que es poderoso o que hace todas las cosas sin que otro le vaya a la mano, y según este nombre no le sabían pintar sino como aire”. El tercero fue Quetzalcoatl o Yahualiecatl; y el cuarto hijo se llamó Omiteotl e Inaquizoatl; los mexicanos le adoraban bajo el nombre de Huitzilopochtli por ser izquierdo; nació sin carnes o con sólo los huesos en forma de esqueleto.http://diccionariodesimbolos.com/tonacacihuatl_tonacatecuhtli.htm#diccionario
Tamoanchan
Tamoanchan Códice Telleriano-Remensis Hablan los informantes de Sahagún de una remota llegada por la orilla del mar, “por donde ahora se dice Panutla”, o sea las costas de México, a la altura de la moderna ciudad de Tampico. Quienes por allí vinieron a estas tierras llegaron a establecerse en un lugar llamado Tamoanchan, que según los informantes quiere decir, “nosotros buscamos nuestra casa”. (…) Un lugar mítico, origen de dioses y hombres (…). El hecho es que, según esta vieja tradición, Tamoanchan fue el sitio donde floreció por primera vez la cultura, heredada después por los varios pueblos de idioma náhuatl: He aquí el relato que solían decir los viejos: "En cierto tiempo que ya nadie puede contar, del que ya nadie ahora puede acordarse… quienes aquí vinieron a sembrar a los abuelos, a las abuelas, éstos se dice, llegaron, vinieron siguieron el camino, vinieron a terminarlo, para gobernar aquí en la tierra, que con un solo nombre era mencionada, como si se hubiera hecho esto un mundo pequeño. Por el agua en sus barcas vinieron, en muchos grupos, y allí arribaron a la orilla del agua, a la costa del norte, y allí donde fueron quedando sus barcas, se llamaba Panutla, quiere decir, por donde se pasa encima del agua, ahora se dice Panutla [Pánuco]. En seguida siguieron la orilla del agua, iban buscando los montes, algunos los montes blancos y los montes que humean, llegaron a Quauhtemalla [Guatemala], siguiendo la orilla del agua. Además no iban por su propio gusto, sino que sus sacerdotes los guiaban, y les iban mostrando el camino su dios. Después vinieron, allá llegaron, al lugar que se llama Tamoanchan, que quiere decir “nosotros buscamos nuestra casa”. Y en el lugar llamado Tamoanchan largo tiempo hubo señorío: después pasó el señorío al lugar llamado Xomiltepec y allí en Xomiltepec se convocaron los señores los ancianos, los sacerdotes. Dijeron: – “El Dueño del cerca y del junto nos ha llamado, ha llamado a cada uno de los que lo tienen por dios”. Dijeron: – “Porque no viviremos aquí, no permaneceremos aquí, vamos a buscar una tierra. Allá vamos a conocer al que es Noche y Viento, al Dueño del cerca y del junto”.2 Huehuetéotl Huehuetéotl Viejo Dios del Fuego Museo Nacional de Antropología de México Dios viejo o abuelo entre los antiguos mexicas con todos los aspectos atribuidos a la vejez, Sabiduría, prudencia y en general las virtudes de la ancianidad y la experiencia para estos pueblos. 2. Dios náhuatl "del fuego y del tiempo" o "del fuego y del año". Se identifica con Xiuhtecuhtli "dios antiguo y viejo". Ya que también ocupa un lugar "central" y porque habita en la quinta dirección arriba-abajo, proyección del eje vertical que desciende desde Omeyocan o cielo más alto, hasta el ombligo de la tierra. Ahí, donde se conjugan el tiempo y el espacio, Xiuhtecuhtli, tendido, observa la acción de los dioses en el acaecer temporal del universo a través de sus cuatro edades o soles y la lucha por establecer un equilibrio central, o quinta edad. Después presta apoyo a la tierra desde su ombligo, o centro de los cuatro rumbos, estaciones solsticiales o direcciones espaciales. Dios solar y del cielo diurno, llamado también "Señor de la Turquesa". A veces se le llama igualmente Ixcozauhqui que significa "semblante amarillo". Su última imagen es Tonatiuh. Xiuhtecuhtli, "Señor de Turquesa" Máscara de turquesas British Museum 3. Ometéotl está relacionado especialmente con su aspecto de "dios viejo", Huehuetéotl:
1. Madre de los dioses, padre de los dioses, el dios viejo. 4. Xiuhtecuhtli es identificado también con Huehuetéotl en el Códice Florentino, lib. VI, fol. 34 r, fol. 71. V. También se lo identifica con in tonan, in tota (nuestra madre, nuestro padre) en dicho Códice.
Igualmente se lo asimila a la pareja Ometecuhtli-Omecíhuatl: in teteu inan in teteu ita (madre y padre de los dioses), Códice Florentino, Lib. VI, fol. 148. Lo mismo en la Historia de los Mexicanos por sus Pinturas.
5. Sahagún en su Historia General dice:
Este dios del fuego llamado Xiuhtecuhtli tiene también otros dos nombres el uno es Ixcozauhqui, que quiere decir "cariamarillo"; y el otro es Cuetzalzin, que quiere decir "llama de fuego”. 6. Walter Krickeberg en Las Antiguas Culturas Mexicanas afirma que de los dioses: El más cercano al hombre era el dios del fuego. Es el "dios viejo" (Huehueteótl) y padre de todos los demás dioses, porque era el primero; pero es al mismo tiempo "Señor de la vecindad próxima" (Tloque Nahuaque), es decir, del presente inmediato, pues vive directamente entre los hombres; su residencia es el hogar, y el tres su número sagrado (las tres piedras del hogar que sostienen el comal y la olla), obviamente relacionadas con el fuego, tienen su origen en tres estrellas reveladoras del milagroso misterio del principio radiante, una deidad materializada en fuego que se expresaba como un sol microcósmico mediante luz y calor para propiciar la vida. Puesto que vive en el ombligo, es decir, en el centro de la tierra, forma el eje del mundo junto con el Ser Supremo en el cielo y el dios de la muerte en el inframundo. Como dios del fuego tiene en los manuscritos pictográficos un rostro mitad rojo, mitad amarillo, con la barbilla de color negro. Pero por lo general no se le llama "el del rostro amarillo", sino Xiutecuhtli, "Señor de Turquesa", de color azul celeste, porque también en este dios se reunieron lo terrestre y lo del cielo; el fuego de la tierra con el celeste (el sol), y la residencia del dios en la tierra con el cielo, azul diurno. Tiene por nahual, pues, a la serpiente de turquesa, y le sirven de adorno las turquesas.
Tezcatlipoca
Tezcatlipoca Códice Borgia, 17 (reconstrucción) Asimismo numen de los tiempos anteriores a la creación cuando aún era de noche. Walter Krickeberg en Las Antiguas Culturas Mexicanas dice:
Y agrega en el libro ya citado:
En otro nivel, ya creacional, es la faz oscura del reflejo de Ometéotl, siendo su faz clara Tezcatlanexia o “espejo que hace aparecer las cosas”, el sol. En el principio, Tezcatlanexia-Tezcatlipoca son una pareja de títulos atribuidos a Ometéotl, en cuanto a su actividad diurna y nocturna, como dos aspectos polarizados pero no separados del principio dual supremo. Después, por un primer desdoblamiento aparecen los cuatro Tezcatlipocas como hijos de Ometéotl, que ocuparán las cuatro direcciones del espacio horizontal, o acaecer temporal del universo, cooperando para crear el mundo en el que posteriormente empezará la lucha, por la supremacía del poderío. Miguel León Portilla en su Filosofía Náhuatl lo dice así:
Tezcatlipoca tenía entre otros títulos sagrados el de Tepochtli, “el joven” y Yáotl, “el guerrero”; es el patrón de los guerreros jóvenes (perpetuamente joven) que ingresaban en el Tepochcalli a la edad de quince años. Presidía también la orden militar de los caballeros-jaguares. Aparece siempre como patrón de la casta guerrera. Más tarde se le identificará con Huitzilopochtli que ya no tiene un simbolismo polar sino solar. Es interesante señalar que la Osa Mayor (constelación de siete estrellas y encarnación de Tezcatlipoca) simboliza también entre los druidas el poder temporal y la casta guerrera; y se convierte en constelación polar sustituta desde la rebelión de los representantes del poder guerrero contra la supremacía de la autoridad espiritual. En la tradición atlante, la Osa Mayor igualmente es remplazada en su función polar por las Pléyades que son asimismo siete estrellas y que para los griegos eran las hijas de Atlas o Atlántidas o “doncellas de Occidente”. Las primeras manifestaciones de esta rebelión, en efecto, se remontan más lejos que el comienzo del Kali Yuga, en el período Atlante.5 Tezcatlipoca como Jaguar Cósmico, en la tercera trecena del Tonalámatl, con el símbolo de la Osa Mayor en la cabeza. Códice Borbónico La mitología Náhuatl coloca siempre a Tezcatlipoca en perenne lucha por usurpar el mando del poder sacerdotal. De hecho es Tezcatlipoca el que en el acontecer histórico, engaña a Quetzalcóatl con sus argucias mostrándole su imagen “corporal” en un espejo, provocando la caída del “sacerdote” o sea, la caída de Tula y el fin de la supremacía de la casta sacerdotal. Sintetiza el lado sombrío y nocturno de la naturaleza, la noche propicia a los brujos y a los maleficios; él mismo, dios hechicero, ve, en su espejo de obsidiana todos los acontecimientos del mundo. Su nombre significa “espejo que humea”; tézcatl (espejo) popoca (humear). La luna es este espejo humeante cuando está cubierta de nubes. http://diccionariodesimbolos.com/tezcatlipoca.htm#diccionario
Chalchiuhtlatónac, Chalchiuhtlicue
Chalchiuhtlicue Códice Borbónico 5 Compañera de Tláloc es la diosa del mar y de los lagos, Chalchiuhtlicue, “la de la falda de jade”. (...) La diosa era especialmente patrona del mar Huéyatl, y así los mexicanos designaban al Golfo de México, principalmente a la región de Veracruz, con el nombre de Chalchiuhcueyécatl, “el agua de la diosa Chalchiuhtlicue”, y de todos aquellos que, como dice Sahagún, “tenían sus tratos y granjerías con el agua, como pescadores, fabricantes de objetos de tule, etc.” le rendían constante culto.6 Tláloc “El señor de las aguas (Tláloc), el del brillo solar de jade y la de la falda de jade Chalchiuhtlatónac, Chalchiuhtlicue)”. Tláloc Códice Magliabechi 32 Dios de la lluvia para los aztecas, muy importante en la vida de regiones desérticas, o semidesérticas como es el caso de México, donde sus gotas, como en otras muchas partes del mundo, son asimiladas al esperma por la potencialidad de la fecundación. En las civilizaciones mayas es llamado Chaac, reverenciado con distintos nombres en todas las culturas que han habitado el mundo. http://diccionariodesimbolos.com/tlaloc.htm#diccionarioDioses del agua y de la vegetación, según Alfonso Caso, “en otra leyenda, Chalchiuhtlicue no era la esposa de Tláloc, sino su hermana. Tláloc tuvo por primera esposa a Xochiquetzal, la diosa de las flores y del “bien querer”, pero le fue robada por Tezcatlipoca (...) “La máscara característica de Tláloc está pintada de azul, el color del agua, como casi todos los atavíos de este dios, y representa la nube. El cuerpo y el rostro están generalmente pintados de negro, porque Tláloc representa principalmente la nube tempestuosa; en cambio, las nubes blancas están indicadas por el tocado de plumas de garza, aztatzontli, que lleva en la parte superior de la cabeza. En la representación que reproducimos aparece llevando en una mano un bastón florido y sentado en un asiento de jade: gotas de agua que caen del cielo forman un fondo. (...) sobre su cabeza se destaca una joya que remata en dos plumas de quetzal, y que era llamada el quetzalmiahuayo, “la espiga preciosa”, denotando el maíz que depende tan estrechamente del dios de las lluvias.7 Xochipilli y Xochiquetzal Xochipilli Códice Magliabecchi 23 Entre los aztecas, dioses de las flores, la danza, la música y el canto, las diversiones y los juegos. El nombre del primero significa "Príncipe de las Flores". Xochiquetzal Códice Borbónico, pág. 17 Esta última era invocada por las mujeres que querían tener hijos, y se le ofrecían en sacrificio muchas jóvenes. Xochiquetzal es también vista como diosa de la renovación generadora. http://diccionariodesimbolos.com/xochipilli_y_xochiquetzal.htm#diccionarioQuetzalcóatl Quetzalcóatl barbado Códice Magliabechi 61 El dios más importante del panteón mesoamericano. Héroe fundador es también el patrón de todas las ciencias y artes. Su nombre significa serpiente emplumada y sus atributos, las alas y la serpiente, son propias de lo que vuela y lo que repta. Su hermano gemelo es Xólotl, que en los códigos aparece pintado de negro para significar el aspecto oscuro del héroe. Xólotl Códice Borgia pág. 40 Cóatl quiere decir a su vez gemelo (en la actualidad en México y Guatemala se llama cuate al íntimo amigo) y también significa serpiente, siendo el Quetzal de su nombre un ave mítica cuyas verdes plumas eran apreciadísimas en México y las traían desde Guatemala donde figura en su escudo patrio y es el ave nacional. http://diccionariodesimbolos.com/quetzalcoatl.htm#diccionario* * Y para terminar con este recorrido por el panteón de los toltecas, ofrecemos un ejemplo de la complicada indumentaria con la que son representados los dioses de estas tradiciones mesoamericanas, citando la descripción de Quetzalcóatl en la representación del Códice Borbónico según Alfonso Caso en su libro El pueblo del Sol: Quetzalcóatl Códice Borbónico 22 El cuerpo y el rostro del dios están pintados de negro, porque es el sacerdote por excelencia, y el inventor del autosacrificio que consiste en sacarse sangre de las orejas y otras partes del cuerpo, punzándolas con las espinas de maguey y con punzones de hueso de águila o jaguar. Por eso vemos en su tocado un hueso, del que sale una faja verde rematada por un disco azul, que indica el chalchíuatl, “el líquido precioso”, la sangre humana. También, como atributos sacerdotales, lleva con una mano el incensario o sahumador con mango en forma de serpiente, y la otra, la bolsa para el copal. Enfrente de la boca tiene una máscara roja, como de pico de ave, que en algunas representaciones está también adornada con colmillos de serpiente. Esta máscara la caracteriza como dios del viento, forma en la que era adorado con el nombre de Ehécatl, que significa viento. En la cabeza lleva un gorro cónico de tigre, llamado ocelocopilli, rematado también por un adorno de turquesa y sosteniendo con un moño de puntas redondas. De piel de tigre son, asimismo, el peto orlado de caracoles, las pulseras y las ajorcas. Su pectoral está formando por el corte transversal de un gran caracol marino, el ehecailacacózcatl o pectoral del viento, y su orejera en un disco de turquesa del que cuelga una borla roja y un objeto torcido de concha, que se llama epcololli, “concha torcida”. En la nuca lleva un penacho en el que se distinguen las plumas negras del cuervo y las largas plumas rojas de la guacamaya, adorno que, como se ve en una representación del Códice Borgia, significa el Sol en la noche, es decir, el Sol muerto.” |
NOTAS | |
1 | Federico González Frías. Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos. Ed. Libros del Innombrable, Zaragoza, 2013. |
2 | Informantes de Sahagún, Códice Matritense de la Real Academia, fol. 191 r. y v., re. |
3 | Miguel León-Portilla, Los Antiguos Mexicanos a través de sus crónicas y cantares. Fondo de Cultura Económica, México, 2005. |
4 | Miguel León Portilla, La Filosofía Náhuatl. Cita del Códice Florentino AP I, 16. |
5 | Ver René Guénon, “El Jabalí y la Osa”, cap. XXIV de Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada. |
6 | Alfonso Caso, El pueblo del Sol, figuras de Miguel Covarrubias. Fondo de Cultura Económica, México, 1978. |
7 | Ibíd. |
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